«No se puede hacer Seguridad
sólo de 8:00am a 5:00pm. La seguridad se hace desde que despiertas en la
mañana, hasta que te vas a dormir, eso sí verdaderamente crees que la Seguridad
es vida.»
Ariana Rivas
Por: Dr. José Luis Barrera
Cuando hablamos de Programas o
Sistemas de Salud y Seguridad en el Trabajo, suele relacionarse la idea a la
generación de manuales, lineamientos, normativas y afines que tras haber sido
documentados dan la sensación a quien los desarrolla de tener “todo bajo
control”; sin embargo, no hay nada más lejos de la realidad.
No obstante, el problema no
está en el Programa, Sistema o bien en la Norma Oficial de Seguridad en sí
misma, por el contrario, las distintas metodologías delineadas tienen por
objetivo servir de guía a las organizaciones en pro de su optimización. La
debilidad suele presentarse cuando no se involucra de forma práctica y efectiva
a todos los implicados (trabajadores, directivos, supervisoras, etc.).
En este contexto, debemos
considerar antes de iniciar cualquier proceso de cambio o mejora en materia de Seguridad
y Salud laboral, que existe la necesidad de romper muchos paradigmas y de
sobrellevar el hecho que se está involucrando personas, que, como todos, ya
traemos de casa cierto tipo de hábitos, costumbres y creencias. Así pues,
entendiendo como hábito aquel comportamiento repetitivo, en muchas ocasiones de
forma “mecánica”, no se puede pensar que quien suele caminar escribiendo
mensajes de texto por el celular cuando transita libremente por la calle,
fácilmente va a dejar de hacerlo cuando se desplaza dentro de la empresa sólo
porque alguien o algo le indique que “no debe hacerlo”.
La Gestión de Salud y
Seguridad Ocupacional es competencia de todos los integrantes de la
organización… ¿Por qué? Sencillo, de lo contrario siempre habrá quien se
enferme o se accidente por causa propia o ajena. Sin embargo, el más común de
los deslices, es ver la Gestión Preventiva como responsabilidad única y
exclusiva de una persona o figura, que suele conocerse como “él o los de
Seguridad e Higiene”. Así pues, tal parece que los temas de prevención y
control son básicamente un grupo de normas, reglas y procedimientos que, “hay
que cumplir” o el otro extremo, hay que rogar que alguien quiera cumplir.
Así pues, cuando se habla de
Gestión Preventiva, se busca integrar la cultura de seguridad a cada una de las
etapas del proceso productivo y engranarlos de manera tal, que cada uno de los
involucrados sea capaz no sólo de identificar una oportunidad de mejora sino de
implementarla y hacerla sostenible en el tiempo.
Por otra parte, la
implementación de diversas actividades, teóricas, prácticas y vivenciales, más
allá de actividades en aula, permitirán ir formando las estructuras de cuidado
integral tan requerido en los centros de trabajo, sin importar cuál es la actividad
laboral que se lleva a cabo.
En conclusión, los preceptos
de la seguridad son tan amplios que se hace necesaria la participación
sistematizada de todos y para ello, comprender el origen del comportamiento
organizacional en materia de prevención es mucho más congruente cuando se
conoce como manejamos la seguridad en los aspectos no relacionados a nuestro
lugar de trabajo.
En otras palabras, la cultura
de la seguridad de una organización actúa como una guía sobre cómo se
comportarán los empleados en el lugar de trabajo. Por supuesto, su
comportamiento será influenciado o determinado por comportamientos qué son
premiados y aceptables para el lugar de trabajo. Por ejemplo, Clarke afirma que
la cultura de la seguridad no sólo se observa en el “estado general de las
instalaciones y las condiciones de la maquinaria, sino en la actitud y los
comportamientos de los empleados hacia la seguridad”. (Ambiente Organizacional
Favorable)
Mearns declaró que «la cultura
de la seguridad es un concepto importante que forma el entorno dentro del cual
las actitudes de seguridad individual se desarrollan y persisten, y se
promueven comportamientos de seguridad».
Cuando los incidentes ocurren
en el lugar de trabajo es importante entender qué factores (humanos, técnicos,
organizativos) pueden haber contribuido a los resultados a fin de evitar
incidentes similares en el futuro.
Hay un cierto nivel de acuerdo
sobre lo que se considera que son las prácticas de gestión de seguridad
ideales. Por ejemplo:
Compromiso
de la administración hacia la seguridad, en donde pueden ser clasificados como
incluyentes:
- Priorización de la seguridad sobre la producción;
- Mantener un alto perfil en las reuniones de seguridad;
- Asistencia personal de los gerentes en las reuniones de seguridad y en las inspecciones a pie; Reuniones cara a cara con los empleados con el tema de la seguridad;
- Comunicación acerca de cuestiones de seguridad, incluidos; canales de comunicación formal e informal y, comunicación regular entre gerencia, supervisores y la fuerza de trabajo.
Participación
de empleados, incluyendo:
- Empoderamiento, Delegación de la responsabilidad para la seguridad, y
- Fomentar el compromiso con la organización.
- Es importante que se desarrollen herramientas de auditoría para garantizar que las prácticas de gestión de la seguridad son exitosas.
- La cultura de la seguridad de una organización se desarrolla a consecuencias de su historia, el medio ambiente de trabajo, la fuerza de trabajo, las prácticas de salud y seguridad y liderazgo de la administración.
Referencias:
Rivas
Ariana. (2012, septiembre 19). Seguridad
e higiene en el trabajo. Implementar una cultura de seguridad desde casa.
Recuperado de https://www.gestiopolis.com/seguridad-e-higiene-en-el-trabajo-como-implementar-una-cultura-de-seguridad/
*LDB
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