jueves, 28 de mayo de 2020

Importancia de Salud Ocupacional


NUEVO MODELO DE VIGILANCIA DE LA SALUD

La salud ocupacional es fundamental para el desarrollo de un país, sus acciones están encaminadas a promover y mantener el mayor grado de bienestar físico, mental y social de los trabajadores, en todas las profesiones donde se realicen trabajos remunerados o no.
La salud ocupacional es materia de salubridad general y compete a la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) llevar a cabo acciones de vigilancia, prevención y control en la salud ocupacional en concordancia con la normatividad laboral y de seguridad y salud en el trabajo.
La salud ocupacional de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), “es una actividad multidisciplinaria dirigida a promover y proteger la salud de los trabajadores, mediante la prevención y el control de enfermedades y accidentes y la eliminación de los factores y condiciones que ponen en peligro la salud y la seguridad en el trabajo. Además, procura generar y promover el trabajo seguro y sano, así como buenos ambientes y organizaciones de trabajo, realzando el bienestar físico, mental y social de los trabajadores y respaldando el perfeccionamiento y el mantenimiento de su capacidad de trabajo. A la vez que busca habilitar a los trabajadores para que lleven vidas social y económicamente productivas y contribuyan efectivamente al desarrollo sostenible. La salud ocupacional permite su enriquecimiento humano y profesional en el trabajo”.
La salud ocupacional, en sus orígenes, fue creada con el fin de ayudar y proteger a aquellos que poseían más riesgos físicos cuando trabajaban, pero en la actualidad, incluye a trabajadores de cualquier profesión u oficio para que el trabajo se adapte al hombre, y el hombre al trabajo.

Objetivos de la salud ocupacional
La salud ocupacional genera y promueve que el trabajo sea sano y seguro. Para esto, protege a los trabajadores de la posibilidad de que exista un riesgo en el ambiente laboral para su salud o bienestar.
A su vez, está relacionado analizar el medio ambiente y adaptarlo a las condiciones tanto físicas como psíquicas de los trabajadores. Es por esta razón que se establecieron tres objetivos principales de la salud ocupacional.
En primer lugar, se deberá mantener y promover la salud de los empleados, así como también la capacidad que posea cada uno. Las condiciones de trabajo deberán ser lo suficientemente óptimas para favorecer la salud y el bienestar de estos.
Por último, se hará énfasis en crear sistemas organizacionales para favorecer la salud y la seguridad en el lugar de trabajo. Se deberá promover un clima positivo en la organización, se buscará alcanzar una mayor eficiencia y así poder optimizar la productividad de cada empresa.
Funciones de la salud ocupacional
A pesar de que cada país tendrá sus propias reglamentaciones respecto a la salud ocupacional, existen ciertas funciones que son generales y fundamentales.
  • Deberá identificar y evaluar cualquier tipo de riesgo que pudiere afectar el lugar de trabajo.
  • Deberá analizar los factores que respectan al medio ambiente del trabajo y analizar si alguna práctica que se realiza allí puede dañar la salud o el bienestar de los trabajadores.
  • Brindará asesoramiento en lo que respecta a la salud, a la seguridad e higiene, y a la ergonomía.
  • Se encargará de difundir la información necesaria y educará a los trabajadores en cuanto a la salud e higiene.
  • Controlará que se garanticen las reglamentaciones relacionadas a la calidad y a la higiene del lugar.
Data Life
Actividades de la salud ocupacional
El trabajador deberá utilizar la ropa y el equipo que corresponda para su protección. Los problemas con los que trata la salud ocupacional están vinculados a todo lo que suceda en el ámbito laboral o como consecuencia del trabajo que realizan.
Es fundamental que se pueda brindar un lugar de trabajo con las condiciones necesarias para brindar la salud y la seguridad a todos los trabajadores. La prevención de futuras enfermedades o accidentes se debe llevar acabo con el fin de lograr reducir los riesgos de que ocurran estos problemas.
A su vez, todos los trabajadores deben cuidar por su cuenta su propia salud y bienestar; es decir, si su trabajo requiere utilizar el cuerpo de manera riesgosa, deberán mantenerse en buen estado físico y saludable. Siempre se aconseja hacer todo lo posible para reducir el nivel de estrés que las obligaciones de los trabajos pueden causar.
Por último, cada persona debe corroborar que su área de trabajo mantenga condiciones de trabajo adecuadas y siempre deberá utilizar la ropa y el equipo que corresponda.
Última edición: 29 de noviembre de 2019. Cómo citar: "Salud ocupacional". Autor: María Estela Raffino. De: Argentina. Para: Concepto.de. Disponible en: https://concepto.de/salud-ocupacional/. Consultado: 28 de mayo de 2020.
Te invitamos a consultar también:

lunes, 25 de mayo de 2020

Entornos Laborales Saludables


Por: Dr. José Luis Barrera


La Cultura de Estilos de Vida Saludables en el Ámbito Laboral, pretende proporcionar a los encargados de implementar programas y proyectos encaminados a la promoción de la actividad física, alimentación saludable, salud mental, el control del consumo de alcohol y el contar con espacios libres de tabaco, herramientas necesarias que ayuden a los trabajadores en su diario vivir, a sentirse bien consigo mismos (as), con sus compañeros (as) de trabajo y usuarios en el ambiente donde cada día desarrollan sus actividades laborales, que permitan el logro de cambios permanentes con impacto en la prevención a través de la promoción de la salud.


Para la Organización Internacional del Trabajo (OIT), un programa eficaz de Promoción de la Salud en el lugar de trabajo debe contemplar las siguientes recomendaciones:


1. Complementar las medidas de seguridad y salud en el trabajo que se integran al sistema de gestión de seguridad en el trabajo de la organización. De esta manera se contribuye al establecimiento y mantenimiento de un ambiente laboral seguro y saludable, reforzando la calidad de vida laboral y una salud física y mental óptima en el trabajo.

2. También contribuye a que los trabajadores desarrollen formas más efectivas de enfrentar los problemas laborales, personales o familiares que pueden afectar su bienestar y su desempeño en el trabajo, como el estrés, la violencia o el abuso del alcohol y las drogas.

3. Apoyar a los trabajadores en el desarrollo de aptitudes para manejar sus padecimientos crónicos y sean proactivos en el cuidado.

4. Implica que las medidas emprendidas no sólo deben abordar estas cuestiones desde el punto de vista individual, sino también desde un punto de vista colectivo que esté relacionado estrechamente con la mejora de las condiciones laborales, el ambiente y la organización del trabajo, además de tomar en cuenta los contextos familiares, comunitarios y sociales. La promoción de la salud en el lugar de trabajo es el esfuerzo combinado de los empleadores, los trabajadores, sus comunidades y la sociedad, para mejorar la salud y el bienestar de las mujeres y los hombres en el trabajo.



En 2007 la Asamblea Mundial de la Salud, de la Organización Mundial de la Salud lanzó el plan global de acciones para la salud de los trabajadores (GPA), 2008-2017, con el objetivo de proporcionar a los estados miembros, nuevos ímpetus para la acción. Esta basado en el documento de 1996: “Estrategia Global de Salud Ocupacional para Todos” de la Asamblea Mundial de la Salud; la Declaración de Stresa sobre la Salud de los Trabajadores (2006); el Marco Promocional de la Convención sobre Salud Ocupacional y Seguridad de la OIT (Convención No. 187 de la OIT) (2006), la Carta de Bangkok sobre Promoción de la Salud en un Mundo Globalizado (2005) la cual también provee de importantes puntos de orientación. El Plan Global de Acción establece cinco objetivos.


1. Diseñar e implementar políticas para normar la salud de los trabajadores.

2. Proteger y promover la salud en el lugar de trabajo.

3. Promover la implementación y el acceso a los servicios de salud ocupacional.

4. Proporcionar y comunicar las evidencias de acción y práctica.

5. Incorporar la salud de los trabajadores en otras políticas.



Para la Organización Mundial de la Salud (OMS) un entorno laboral saludable es aquel en el que los trabajadores y directivos colaboran para proteger y promover la salud, seguridad y bienestar de los trabajadores y sus jefes a través del desarrollo de un proceso de mejora continua que fortalezca la sustentabilidad del espacio de trabajo. 


Esto debe realizarse en base a los siguientes indicadores:

  • La salud y la seguridad concernientes al espacio o área física de trabajo.
  • La salud, la seguridad y el bienestar concernientes al medio psicosocial del trabajo incluyendo la organización de este y la cultura del ambiente de trabajo.
  • Los recursos de salud personales en el espacio de trabajo.
  • Las formas en que la comunidad busca mejorar la salud de los trabajadores, sus familias y de otros miembros de la comunidad.

Esta enunciación pretende en primer término, enfocarse en la prevención primaria en salud, para prevenir accidentes o enfermedades. Sin embargo, también debe incluirse la prevención secundaria y terciaria que se adapta a los trabajadores más antiguos que tienen muchos años de trabajo o aquellos que presentan enfermedades o discapacidades crónicas.


El fundamento y el modelo que presenta la OMS, incluyen tanto contenido como proceso, y puede ser implementado en cualquier institución de trabajo de cualquier tamaño, no existe una “talla única” y cada establecimiento debe adaptar estas recomendaciones a su propia condición de trabajo, su propia cultura y su propio país.


Existe mucho por hacer para mejorar globalmente la salud, seguridad y bienestar de los trabajadores. Para explicar las prioridades del Plan de Acción Global sobre la Salud de los Trabajadores:


1. Se deben desarrollar e implementar políticas a nivel nacional y empresa, para apoyar a la salud del trabajador;

2. La salud debe protegerse y promoverse en el espacio de trabajo

3. Se debe mejorar el acceso a los Sistemas Básicos de Salud Ocupacional;

4. Se deben comunicar las practicas efectivas y basadas en evidencia para mejorar la salud de los trabajadores

5. La salud de los trabajadores debe ser considerada en el más amplio contexto de la

educación, negocios, comercio y desarrollo económico.


Te invitamos a leer:


Entornos Laborales Saludables: Fundamentos y Modelo de la OMS. Contextualización, Prácticas y Literatura de Soporte. 2010. http://www.who.int/occupational_health/healthy_workplaces/en/index.html.



*LDB 


jueves, 14 de mayo de 2020

Implementar una cultura de seguridad desde casa.



«No se puede hacer Seguridad sólo de 8:00am a 5:00pm. La seguridad se hace desde que despiertas en la mañana, hasta que te vas a dormir, eso sí verdaderamente crees que la Seguridad es vida.» 



Ariana Rivas

Por: Dr. José Luis Barrera  



Sistema de Gestión de la Seguridad y Salud en el Trabajo

Cuando hablamos de Programas o Sistemas de Salud y Seguridad en el Trabajo, suele relacionarse la idea a la generación de manuales, lineamientos, normativas y afines que tras haber sido documentados dan la sensación a quien los desarrolla de tener “todo bajo control”; sin embargo, no hay nada más lejos de la realidad.

No obstante, el problema no está en el Programa, Sistema o bien en la Norma Oficial de Seguridad en sí misma, por el contrario, las distintas metodologías delineadas tienen por objetivo servir de guía a las organizaciones en pro de su optimización. La debilidad suele presentarse cuando no se involucra de forma práctica y efectiva a todos los implicados (trabajadores, directivos, supervisoras, etc.).

En este contexto, debemos considerar antes de iniciar cualquier proceso de cambio o mejora en materia de Seguridad y Salud laboral, que existe la necesidad de romper muchos paradigmas y de sobrellevar el hecho que se está involucrando personas, que, como todos, ya traemos de casa cierto tipo de hábitos, costumbres y creencias. Así pues, entendiendo como hábito aquel comportamiento repetitivo, en muchas ocasiones de forma “mecánica”, no se puede pensar que quien suele caminar escribiendo mensajes de texto por el celular cuando transita libremente por la calle, fácilmente va a dejar de hacerlo cuando se desplaza dentro de la empresa sólo porque alguien o algo le indique que “no debe hacerlo”. 

La Gestión de Salud y Seguridad Ocupacional es competencia de todos los integrantes de la organización… ¿Por qué? Sencillo, de lo contrario siempre habrá quien se enferme o se accidente por causa propia o ajena. Sin embargo, el más común de los deslices, es ver la Gestión Preventiva como responsabilidad única y exclusiva de una persona o figura, que suele conocerse como “él o los de Seguridad e Higiene”. Así pues, tal parece que los temas de prevención y control son básicamente un grupo de normas, reglas y procedimientos que, “hay que cumplir” o el otro extremo, hay que rogar que alguien quiera cumplir.

Así pues, cuando se habla de Gestión Preventiva, se busca integrar la cultura de seguridad a cada una de las etapas del proceso productivo y engranarlos de manera tal, que cada uno de los involucrados sea capaz no sólo de identificar una oportunidad de mejora sino de implementarla y hacerla sostenible en el tiempo. 

Por otra parte, la implementación de diversas actividades, teóricas, prácticas y vivenciales, más allá de actividades en aula, permitirán ir formando las estructuras de cuidado integral tan requerido en los centros de trabajo, sin importar cuál es la actividad laboral  que se lleva a cabo.

En conclusión, los preceptos de la seguridad son tan amplios que se hace necesaria la participación sistematizada de todos y para ello, comprender el origen del comportamiento organizacional en materia de prevención es mucho más congruente cuando se conoce como manejamos la seguridad en los aspectos no relacionados a nuestro lugar de trabajo.
En otras palabras, la cultura de la seguridad de una organización actúa como una guía sobre cómo se comportarán los empleados en el lugar de trabajo. Por supuesto, su comportamiento será influenciado o determinado por comportamientos qué son premiados y aceptables para el lugar de trabajo. Por ejemplo, Clarke afirma que la cultura de la seguridad no sólo se observa en el “estado general de las instalaciones y las condiciones de la maquinaria, sino en la actitud y los comportamientos de los empleados hacia la seguridad”. (Ambiente Organizacional Favorable)

Mearns declaró que «la cultura de la seguridad es un concepto importante que forma el entorno dentro del cual las actitudes de seguridad individual se desarrollan y persisten, y se promueven comportamientos de seguridad».
Cuando los incidentes ocurren en el lugar de trabajo es importante entender qué factores (humanos, técnicos, organizativos) pueden haber contribuido a los resultados a fin de evitar incidentes similares en el futuro. 

Hay un cierto nivel de acuerdo sobre lo que se considera que son las prácticas de gestión de seguridad ideales. Por ejemplo:

Compromiso de la administración hacia la seguridad, en donde pueden ser clasificados como incluyentes:
  • Priorización de la seguridad sobre la producción;
  • Mantener un alto perfil en las reuniones de seguridad;
  • Asistencia personal de los gerentes en las reuniones de seguridad y en las inspecciones a pie; Reuniones cara a cara con los empleados con el tema de la seguridad;
  • Comunicación acerca de cuestiones de seguridad, incluidos; canales de comunicación formal e informal y, comunicación regular entre gerencia, supervisores y la fuerza de trabajo.
Participación de empleados, incluyendo:
  • Empoderamiento, Delegación de la responsabilidad para la seguridad, y
  • Fomentar el compromiso con la organización.
  • Es importante que se desarrollen herramientas de auditoría para garantizar que las prácticas de gestión de la seguridad son exitosas.
  • La cultura de la seguridad de una organización se desarrolla a consecuencias de su historia, el medio ambiente de trabajo, la fuerza de trabajo, las prácticas de salud y seguridad y liderazgo de la administración.
Referencias:
Rivas Ariana. (2012, septiembre 19). Seguridad e higiene en el trabajo. Implementar una cultura de seguridad desde casa. Recuperado de https://www.gestiopolis.com/seguridad-e-higiene-en-el-trabajo-como-implementar-una-cultura-de-seguridad/


*LDB


viernes, 8 de mayo de 2020

RIESGO PSICOSOCIAL Y SALUD MENTAL EN LA ATENCIÓN DE LA PANDEMIA:


Por: Dr. José Luis Barrera

Mental Health, Wellness, Psychology, Mind

Habitualmente los preparativos para una epidemia han enfatizado en: el desarrollo de planes nacionales, la vigilancia epidemiológica, los requerimientos de vacunas y medicamentos, el mejoramiento de la cobertura de vacunación en los grupos de alto riesgo, así como el impacto y la carga económica. Sin embargo, los ausentes en la planificación son los aspectos psicosociales y de salud mental.
Es necesario enfatizar en la perspectiva conductual y lograr una mejor comprensión de las respuestas de los grupos poblacionales afectados. El control de las epidemias requiere cambios de patrones de comportamiento, con una participación de la comunidad.
COVID-19, que toca todo el “cuerpo social”, tiene consecuencias psicosociales, y ante una situación de pandemia es común que las personas se sientan, al menos, estresadas y preocupadas. La epidemia y las medidas de control están llevando a un miedo generalizado en la población, y pueden conducir a la estigmatización social de los pacientes, de sus familiares y del personal sanitario, todo ello con sus consecuencias psicológicas. Hay consideraciones de salud mental que fueron elaboradas por el Dpto. de la OMS de Salud Mental y Uso de Sustancias, y por otras instituciones y sociedades científicas, con mensajes dirigidos a diferentes grupos clave para apoyar el bienestar psicosocial y la salud mental.
EJES DE ARTICULACIÓN:
Desde un punto de vista psicosocial, existen algunos ejes indispensables para la protección de la salud mental.
       Contextualización: Garantizar que las personas cuentan con información fiable y que les permita comprender y anticipar el entorno. Entender para actuar.
       Sensación de control: Facilitar rutinas y estrategias para organizar la vida diaria y las tareas. Anticipar cambios o suspensión de actividades previstas y elaborar propuestas alternativas para aislarse sin detenerse.
       Relación y pertenencia: Garantizar la “visibilidad” de todas las personas. Que el aislamiento en casa no suponga la ausencia de contacto con el entorno. Seguimiento y conseguir que las redes sigan funcionando.
       Tejido social y comunidad: Participación en iniciativas ciudadanas y facilitar espacios de apoyo mutuo y construcción de iniciativas colectivas.
SITUACIONES DE RIESGO PSICOSOCIAL.
Hay circunstancias, dentro de las vidas de las personas que, en una situación de estas características, pueden suponer mayores riesgos psicosociales, como son:
       Personas dependientes a alcohol u otras sustancias adictivas.
       Situación de calle; sin techo o Movilidad reducida.
       Ausencia de vínculos con los que mantener una comunicación activa.
       Ausencia de recursos personales para el entretenimiento, Baja capacidad o acceso a la tecnología.
       Convivencia en entornos de riesgo (viviendas con violencia o aislamiento).
       Dificultad para comprender el estado de alarma y en riesgo de incumplir.
       Obligación de acudir a su puesto laboral.
       Residir con persona violenta (repercusión en menores, personas mayores, mujeres, familia, vecindario…)
       Ser personas menores o dependientes a cargo.
       Soledad no deseada y ausencia de redes de apoyo.
       Pérdida de puesto laboral, Precariedad económica y ausencia de recursos económicos.
Sin embargo, pueden ser población diana las personas afectadas (casos confirmados e ingresados en hospital, o aislados en el domicilio, o confirmados con síntomas en vigilancia activa en cuarentena en su domicilio); sus familiares y allegados; profesionales de los equipos de atención (personal sanitario y no sanitario en contacto directo con las personas afectadas); La comunidad en general.
RETOS DEL PERSONAL SANITARIO EN ESTA CRISIS
       Desbordamiento en la demanda asistencial, donde los profesionales también se contagian.
       El riesgo de infección o de trasmitirlas no se ha detenido.
       Equipos y equipamientos insuficientes que limitan la comunicación y seguridad.
       Gran estrés en los centros de atención directa, experimentando miedo, pena, frustración, culpa, agotamiento, ansiedad…
       Exposición al desconsuelo de familiares y amistades ante la muerte o enfermedades graves que no pueden acompañar a las personas afectadas.
       Dilemas éticos y morales ante las tomas de decisión complejas.
Los trabajadores de primera línea en salud (enfermeras, médicos, auxiliares, conductores de ambulancia, trabajadoras de limpieza) pueden tener otros estresores adicionales en la pandemia:
• Riesgo de estigmatización hacia quienes trabajan con pacientes con COVID-19.
• Las medidas estrictas de bioseguridad tienen algunas consecuencias:
       Cansancio físico por el uso de equipos de protección personal.
       Aislamiento físico que dificulta dar confort y apoyo a quienes están afectados.
       Constante estado de alerta y vigilancia con procedimientos estrictos.
• Entorno laboral más demandante, con aumento de horas de trabajo y de pacientes.
• Pocas posibilidades para recurrir a su red de apoyo social por sus intensos horarios.
• Temor a contagiar a amigos y familiares al estar expuestos al virus por su trabajo.
RECOMENDACIONES GENERALES PARA LA ATENCIÓN A LOS MIEMBROS DE LOS EQUIPOS DE RESPUESTA SON:
• Tener en consideración las características y patrones de conducta específicos de las personas que trabajan en la emergencia. Ellos, generalmente, se sienten satisfechos por lo realizado y desarrollan un espíritu altruista. Mantenerlos en actividad es positivo, libera estrés y refuerza la autoestima.
• Favorecer la rotación de roles, así como organizar adecuadamente los tiempos de trabajo.
• Estimular el autocuidado físico y tomar descansos periódicos.
• Los que ofrecen apoyo emocional deben mantener una actitud de escucha responsable, así como garantizar la confidencialidad y manejo ético de las situaciones personales y de la organización.
• Incluir la familia en procesos de ayuda.
• Valoración de estados emocionales subyacentes y los factores generadores de estrés, antes, durante y después de la emergencia.
• Estimular que entre los miembros de los equipos de respuesta se manifieste el apoyo, solidaridad, reconocimiento y aprecio mutuo.
• El personal implicado en la respuesta a la epidemia debe disponer de atención psicosocial, durante y después de la emergencia.
Orientaciones para el personal que trabajó en la emergencia, cuando se reintegra a la vida cotidiana:
• Regresar a su rutina lo antes posible.
• Realizar ejercicios físicos y de relajación.
• Buscar contacto con la naturaleza.
• Descansar y dormir lo suficiente. Alimentarse de forma balanceada y regular.
• No tratar de disminuir el sufrimiento con el uso de alcohol o drogas.
• Buscar compañía y hablar con otras personas. Participar en actividades familiares y sociales.
• Observar y analizar sus propios sentimientos y pensamientos. Reflexionar sobre la experiencia que ha vivido y lo que significa como parte de su vida.

Te invitamos a consultar:
https://ome-aen.org/guia-de-apoyo-psicosocial-durante-esta-epidemia-de-coronavirus/  
Protección de la salud mental y atencion psicosocial en situaciones de epidemias
Unidad de Salud Mental y Uso de Sustancias, Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS) 2016